JEROH MONTILLA, TIBISAY VARGAS, EDGARDO MALASPINA Y ADOLFO RODRIGUEZ

JEROH MONTILLA, TIBISAY VARGAS, EDGARDO MALASPINA Y ADOLFO RODRIGUEZ
ESCRITORES GUARIQUEÑOS

jueves, 1 de octubre de 2015

REMEMBRANZAS DE FAMILIA

REMEMBRANZAS DE FAMILIA

 Edgardo Malaspina







“Remembranzas de familia”, de Daniel Scott, es uno de los mejores libros de genealogía y crónica familiar que he leído.
Jeroh Montilla , en el prólogo, ubica esta obra en la casilla de los saberes sometidos (que muchos llaman “microhistoria”) en contraposición con el saber científico o académico, según lo preconizaba Michel Foucault.  Montilla enfoca su atención sobre las reflexiones del autor  que reflejan “sus antagonismos, sentimientos de culpa  y desesperación por haber asistido a la etapa final de tantos testigos históricos y, muchas veces por pudor familiar de los involucrados, o por descuido o indiferencia juvenil del mismo, haber dejado que el punto final de la muerte le haya cerrado la oportunidad de asomarse, a través de esas viejas voces vacilantes  a una oscura o luminosa etapa del clan familiar”.

El escritor Alí Reyes dijo una vez : “el pasado no tiene importancia. Pero la tendrá a medida que estés más distante de él..”
En efecto, queremos indagar sobre nuestros seres queridos, tener el cuento de sus vidas a través de sus propias palabras, expresarles nuestro cariño, respeto y agradecimiento  precisamente cuando ya no están con nosotros.
El amigo Daniel hace una investigación, objetiva pero cargada de mucho sentimiento, sobre el origen de sus apellidos Scott y Power, cuyas raíces se remontan a los tiempos de la Guerra de Independencia.

El libro es una sucesión  de muchas anécdotas entrelazadas, algunas muy curiosas como la referida al tío del autor, Horacio Scott Power, comunista y ateo hasta las últimas consecuencias: en su lecho de  muerte se negó a recibir a un sacerdote y rechazó una arenga religiosa del propio Daniel  con un seco y muy convincente “a vaina , déjame morirme tranquilo”.

En el mundo del Socialismo Real conocí a muchos marxistas que fueron ateos de toda una vida, y que luego a un paso de la tumba mandaron por un cura y se arrepintieron entre humillantes sollozos: tanto nadar para ahogarse en la orilla. En ese sentido, Horacio me parece un hombre admirable porque se mantuvo en sus convicciones hasta el final de su existencia. Y Dios,  que no debe ser  vengativo ni resentido como cualquier vecino, debe valorar la valentía de los ateos que viven y mueren solos.

Este libro de Daniel Scott es una verdadera cátedra de genealogía viva, un homenaje a la familia y una veneración por el padre.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Edgardo Malaspina: Entre la lectura y la escritura |

Edgardo Malaspina: Entre la lectura y la escritura |

Recientemente, el médico guariqueño Edgardo Malaspina publicó Medicrónicas (2015), un texto que tiene como pretexto un viaje justificable por el viejo mundo. Un recorrido por Grecia e Italia, travesía que lo lleva por lugares plenos de historias médicas y por espacios cargados de historias humanas.
Por José Obswaldo Pérez

Edgardo Malaspina tiene dos cosas que todo médico debería aprender: La lectura y la escritura. Sí, estos dos actos son dos actividades inseparables y esenciales en la actividad de la medicina. Son el puente para la comprensión y la búsqueda de significado. Una manera de dar sentido al mundo y a nuestra experiencia. Como Miguel de Cervantes señaló en su Quijote que: “El que lee mucho y anda mucho, va mucho y sabe mucho”. O bien, esta máxima norteamericana: Good readers make good doctors (=Los buenos lectores hacen buenos médicos).

Quizás, por eso, el galeno e historiador guariqueño Edgardo Malaspina escribió el libro Medicrónicas Grecorromanas. Crónicas viajeras relacionadas con la Historia de la Medicina (2015). El texto tiene como pretexto un viaje justificable por el viejo mundo. Un recorrido por Grecia e Italia, travesía que lo lleva por lugares plenos de historias médicas y por espacios cargados de historias humanas.

Edgardo Malaspina y Natalia, su esposa, son turistas de este paseo; cada lugar es una experiencia, una anécdota, una descripción, una lectura que vuelve comprensibles los acontecimientos. Malaspina se vale de la crónica, como arte narrativo, para escribir menudas historias de lugares. La toponimia, de ese recorrido, comienza en Atenas, la cuna de la civilización occidental; pero, también, de las ciencias médicas. En Roma, Italia, encuentra los recuerdos de familia. Malaspina es de ascendencia italiana; por eso, la memoria le hace elipse entre Santa María de Ipire y Las Mercedes del Llano con sus ancestros napolitanos.

Medicrónicas es una narrativa de oraciones cortas, amalgamadas con una prosa sencilla y amena, cultivadora y exquisita. Ojalá nuestros estudiantes de medicina tengan el bien de leerla, un buen ejemplo para aumentar la conciencia de los valores y de las perspectivas que se llevan a la práctica.

Con este texto, Edgardo Malaspina realiza un aporte a la historiografía de la narrativa médica. En esta misma línea están sus ensayos sobre Literatura y Medicina (1998) que, además, podemos sumar con Médico de Guardia del doctor Fernando Aular.